¡"King Kong" es un gran film!

Ya hace casi dos meses que se estrenó en Argentina la remake de "King Kong", y todavía hay gente tan prejuiciosa que no la vio porque "le dijeron que es mala". Si confían en este servidor, aprovechen que todavía quedan algunas funciones disponibles y vayan a verla: es un film que tiene sus fallas, pero éstas no invalidan la emoción que genera la película mientras se la ve. Y al decir "emoción" me refiero, por un lado, a la identificación con los personajes principales (créanme que ese mono es de lo más carismático) y, por otro lado, a la bienvenida sensación de espectáculo "larger than life" que sólo el buen cine de aventuras puede lograr, y que sólo se puede apreciar como es debido en la enormidad de una pantalla de cine (y no "bajándose" la película; el que ve este film en su PC o televisor merece los más variados insultos). Con tantas pavadas innecesarias que hay en la cartelera cinematográfica hoy en día, "King Kong" hace valer el precio de la entrada, por la cantidad de belleza cinematográfica que contiene y, como ya dije, por las emociones que logra provocar en el espectador.
Por último, vale la aclaración de que, a diferencia de otros films con gran campaña de marketing, ésta es una obra hecha por alguien a quien le importa el arte, y que demuestra a cada segundo su amor por la narración y por el cine. En ese sentido, el director Peter Jackson se puede comparar con Steven Spielberg, otro subvalorado director de películas que a simple vista parecen hechas para ser taquilleras pero que en verdad, como "King Kong", merecen ser tomadas seriamente... y además proporcionan un placer del que no hay que sentirse culpable, ya que no son nunca entretenimientos descerebrados como las incontables "Armageddon" que andan pululando por ahí.
Vayan a verla y después me cuentan.

La decepción que me producen los dos últimos álbums de U2 (y con ese título ya resumí este post)

Resulta que desde 1994 soy fan de U2. Los fui a ver cuando vinieron a Buenos Aires en 1998 y me pareció un show espectacular. Pero el álbum que estaban presentando ("Pop"), sin ser algo grandioso, resultó ser su último álbum "distintivo", ya que sus dos siguientes discos en estudio ("All that you can't leave behind" y "How to dismantle an atomic bomb") no tuvieron nada absolutamente especial, nada que pudiese despertar fanatismos (ni un "Stay" ni un "Until the end of the world" ni un "Miami" ni un "Running to stand still" ni un "Bad" ni un "Love is blindness" ni un "New year's day" ni un "One" ni ninguna de esas canciones sombrías de sus inicios). Bueno, quizás sí haya uno o dos temas así en cada uno de estos dos discos (por ejemplo, "Fast cars"), pero la mayoría de las canciones son... normales. Radiales, digamos, y no en el buen sentido que esa palabra podría tener si estuviésemos hablando de los 60s, cuando "música radial" era algo generalmente bueno. No, las canciones del U2 actual son más "música de ascensor o de oficina" que "buena música para sentarse a escuchar o para cantar orgulloso por la calle". Son canciones que cualquier otro grupo podría tener sonando en las radios.
Y justo esta etapa de la banda es la que más vende, la más internacionalmente masiva, la que agota más entradas en tiempo récord, y todas las críticas de estos dos últimos álbums hablan de un "regreso a las fuentes" del buen rock and roll y de canciones simples. A mí, más que simples me parecen intrascendentes. Si fuesen simples (o radiales) como "With or without you", "Crazy little thing called love", "Roxanne", "Cocaine" o "She loves you", me parecería genial y estaría encantado de seguirlas en un recital de la manera en que se sigue algo "masivo" que hace sentir unido al público. Pero no; son simples en el sentido de "innecesarias".
Por supuesto, ya tengo mi entrada comprada para uno de los recitales que dará la banda en marzo, porque, más allá de los discos, sus recitales siguen siendo eventos descomunales llenos de energía, emoción y, sobre todo, canciones que van más allá de sus dos últimos álbums.

Pablostory N° 1

Crucé la calle y Michael Moore ganó un oscar.

Éste es el título del primer post

Parece que ahora hay unas cosas que se llaman blogs, o algo así, y parece que hay que tener uno. No sé, yo tengo éste, aunque quién sabe si escribiré dos veces por día o dos veces por año...