Monday, March 27, 2006

Pablostory N° 362: catarsis post-Burman

Ayer vi "Derecho de familia". Está muy bien, deben ser 8 o 9 aires (le pondría 8,50 pero creo que la Asociación Ponedora de Aires no permite decimales, así que redondeo en 8). De todos modos, hay cosas más interesantes que "Derecho de familia" y son éstas:
-Tengo que escuchar el CD de Lerner y Moguilevsky que me compré hace un tiempo y todavía no escuché bien con atención.
-Qué buena que es la "trampa sana".
-Rita Cortese no se ha sumado todavía a la lista de famosos que vi en persona.
-No tengo una relación de amor-odio con el colegio donde hice mi secundario, sino que el poco odio que siento por él está incluido dentro del amor. O sea, no van separados, es como el odio inevitable que se siente a veces por alguien que queremos mucho.
-Hay que pararse derecho, y parte de nuestros problemas empezarán a solucionarse.
-Sigo estando en contra de los lugares ascépticos. Porque son ascépticos.
-Aguanten Los Cocineros.

Sunday, March 12, 2006

¡Apúrense a ver "Orgullo y prejuicio" en cine!

La carismática presencia de Keira Knightley puede ser el gancho que haga que muchos vayan al cine a ver este film, pero la película logra ser un todo perfecto. Los paneos que hace la cámara, el ancho de la pantalla, la música sutil, el sonido de la lluvia y, sobre todo, el sentimiento de "comunidad" que se tiene cuando se ve esta película junto a otros espectadores, todo suma para que ésta sea otra de esas grandes experiencias que tienen que verse en la sala de un cine y no en una copia de DVD, por más enorme que sea el televisor que se posea. En el cine, influenciado por la reacción del resto de los espectadores, uno tiende a apreciar más los detalles y los momentos humorísticos: pocas veces vi a un público disfrutando y riéndose tan a gusto en algo que no fuese una típica comedia-prefabricada-con-los-momentos-calculados-para-las-carcajadas. No; aquí la risa es más fresca, porque uno sabe que no se está riendo de gags repetidos sino de una creación con talento, una historia vital, pasional y con un encanto para nada estúpido. Una adaptación perfecta de la novela, pero no porque sea fiel a ella (en cuanto a los hechos que se suceden lo es, aunque en el film la atracción entre los dos personajes principales sea casi inmediata y en la novela no). Es una adaptación perfecta simplemente porque parte de un texto literario pero en vez de preocuparse por ser “su equivalente en la pantalla” (como si tuviese que haber una correspondencia matemática entre la obra en formato novela y en formato fílmico) lo que hace es preocuparse por crear CINE.

Saturday, March 04, 2006

Crónicas del Vertigo Tour

(Atención: la cronología de los movimientos y frases de los miembros de U2 que se describe a continuación quizás no se corresponda exactamente con el orden de canciones que se presenta. Sepan perdonar el hecho de que los recuerdos quizás estén un poco mezclados en la memoria.)

Y llegó nomás el 2 de marzo, día para el que tenía mi entrada de U2 comprada, para campo. Lamentablemente, un amigo con muy poco sentido del timing decidió que su casamiento iba a tener lugar ese mismo día, a las 15 hs, seguido de una recepción. Así que recién pude llegar al estadio de River a las 19:25 y, obviamente, no fui de los primeros, lo cual implica que me quedé afuera del “golden ring”, la parte encerrada del campo que está más cercana al escenario. Había logrado entrar en ese sector la anterior vez que vi a U2, cuando vinieron en 1998, pero ahora, desde afuera, los muchachos no se llegaban a ver del todo bien (si uno quería verlos a ellos y no a sus imágenes en las pantallas imágenes). Ése fue el único factor que hizo que me gustase más el show de hace ocho años, pero, si dejamos de lado mi experiencia y nos concentramos en el show en sí, el de esta visita fue mejor.
Todo empezó con Franz Ferdinand, la banda escocesa que logró atrapar a los fans de U2 que sólo habían ido para ver la atracción principal. Los tipos tocaron su rock elegantoide, con picos en los hits “Walk away”, “Do you want to” y la dedicada a Maradona “Take me out”, cuya introducción sigue siendo mucho mejor que el resto del tema. El final apoteótico de su show fue especialmente poderoso.
Ya antes de Franz Ferdinand el amuchamiento de gente en el campo era increíble, y eso que he estado en recitales multitudinarios. Todos pensábamos “si los movimientos y el apretuzaje de gente son así antes del grupo soporte, ¿cómo será todo cuando salga U2?”. Efectivamente, a las 22:10 empezó a sonar bien fuerte la grandiosa “Wake up” de The Arcade Fire, tema elegido por U2 para ser el ambientador del momento en que se apagan las luces (como lo fue “Bitter sweet symphony” de The Verve en el Popmart Tour que los trajo a la Argentina en 1998). Lamentablemente, la gente no se copó con la canción de Arcade Fire y empezaron a corear el “oh-ohohohoh… oh-ohohohoh” de “Vertigo”. Enseguida se apagaron las luces y… a continuación, mi visión del recital tema por tema:
-“City of blinding lights”: la guitarra de The Edge comienza el recital de manera optimista. La pantalla gigante se prende y el público delira, aunque sólo se vean rayas de colores. No importa; si estaban ahí, entendían esa rara felicidad. A pesar de mi opinión de que las canciones de los dos últimos discos de U2 no son tan buenas, caigo rendido ante la evidencia de que en vivo dejan de ser simples canciones de “pop radial” y logran el cometido de unir a 70.000 mil personas y hacerlas sentir… plenas. Bono sale con una campera con los colores argentinos, una de sus tantas muestras demagógicas de la noche. Ah, que conste en actas: de esta canción me gusta más el “uh-uhuh-uhuh-uhuh” que el “Oh, you look so beautiful” del estribillo.
-“Vertigo”: sin interrupción pasaron al hit que la mayoría (yo no tanto) estaba esperando: “¡Uno, dos, tres, catorce!” gritó Bono en castellano y empezó el primer tema para hacer pogo propiamente dicho. Cuando terminó, la pantalla gigante decía “hola!”.
-“Elevation”, el “tema para hacer pogo propiamente dicho” equivalente del álbum anterior volvió a hacer saltar a todo el mundo. Tuvo un interesante comienzo en el que se cantaron como dos estrofas sin que la guitarra y la batería entrasen todavía en el frenesí beat, casi como si fuese un tema lento.
-“Until the end of the world”: una de las mejores canciones de la banda según Bono (y tiene razón), este no-hit fue muy bienvenido por los amantes del álbum “Achtung baby!”. La distancia musical con respecto a los demás temas se nota. O sea, esta canción es, lisa y llanamente, mejor.
-“New Year’s Day”: a diferencia de los recitales de 1998, The Edge tocó el piano sólo en la segunda mitad de esta canción. En la primera parte lo suplantó por guitarra, lo cual para mí no quedó muy bien. Pero no me quejo: es una gran canción para un recital.
-“I still haven’t found what I’m looking for”: Bono habló en castellano, y no era un castellano muy fluido que digamos (hasta tengo la sensación que su manejo del español era mejor en su primera visita al país, hace ocho años). Dijo lo mismo que el miércoles: “Gracias por darnos una buena vida” (o sea… ¿gracias por hacer que nuestra plata pague tu mansión?) y “Este país ha pasado por momentos difíciles, pero ahora lo están pasando y están construyendo la nueva Argentina” (mmm… casi suena a propaganda para Kirchner). Por mí te hubieses ahorrado ese par de intervenciones, Bono. ¿La canción? Bien, gracias. Fuera de joda: muy bien. Lástima que al final Bono quiso recitar un par de versos de “Sólo le pido a Dios” de León Gieco. BONO: ¡¡¡SI VAS A HABLAR EN CASTELLANO APRENDÉ BIEN LA FONÉTICA!!!… ¡¡¡Y ELEJÍ ALGO MEJOR QUE ESA REPETITIVA CANCIÓN!!! Y SI CANTÁS ÉSA, ¡¡¡NO TE OLVIDES DE UNA PARTE DE LA LETRA!!! ¡¡¡NO MENCIONASTE “LA GUERRA” Y QUEDÓ “SÓLO LE PIDO A DIOS QUE NO ME SEA INDIFERENTE”!!!
-“Beatiful day”: otro tema uplifting a más no poder. Seguro escucharon que en otros países Bono cambió la letra en un verso, diciendo, por ejemplo, “See Sao Pablo in front of you” en vez de “See the world in green and blue”. Bueno, acá no sólo mencionó nuestra ciudad sino que hizo una enumeración de parte de la geografía de toda la Argentina: “See the world in white and blue/ Buenos Aires right in front of you/ From the Pampas to Patagonia/ Tierra del Fuego, Río Paraná/ Argentina is in motion/ From the Andes to the ocean...”. Lástima que al final volvió a insistir con “Sólo le pido a Dios”.
-“The first time”: Bono y The Edge se acercaron por la pasarela a la parte más adentrada en la cancha e interpretaron una bellísima versión acústica de este bellísimo tema. Mientras tanto, yo me fui a recorrer el estadio buscando alguna mejor ubicación.
-“Sometimes you can’t make it on your own”: preocupado por ver dónde ponía mis pisadas no presté atención a la explicación que daba Bono sobre esta canción, pero dijo algo así como que se la dedicaba a su padre. El comienzo del estribillo (“And it’s you when I look on the mirror”) está bueno, pero el resto de la canción no tanto; fue el tema que más indiferente me mantuvo en toda la noche.
-“Love and peace”, otro tema poco interesante (comparado con el resto del repertorio). El segmento acústico llegaba a su final y se venía la mejor parte.
-“Sunday Bloody Sunday”: cuando vinieron hace ocho años el que cantó este tema no fue Bono sino The Edge, en una versión lenta que no era mala pero que no tenía nada de la potencia y la urgencia de esta mítica canción. Ahora volvieron a interpretarla como antes, con algún discursillo de Bono por la paz en el medio. El tipo se puso la famosa vincha con la palabra “coexist”, cuyas letras C, X y T eran la medialuna del Islam, la estrella de David y la cruz cristiana. Además, hizo subir a una chica del público para que gritasen juntos “No more”. También intercaló una partecita de “Rock the casbah” de The Clash en medio del tema. Y dijo algo así como “enfoquen esta C, esta X y esta T bien de cerca, para que las pueda ver cualquier hombre en el televisor de un bar en Buenos Aires… o en Dublín.”
-“Bullet the blue sky”: otro de los grandes momentos “showmanísticos” del recital. Bono se ajustó la vincha en los ojos (de manera de no ver nada, en teoría, aunque sospecho que algo veía) y se arrastró por el suelo hacia el centro de la pasarela, donde tanteó hasta encender una bengala que había preparada. Cantó parte del tema con la vincha tapándole los ojos y terminó intercalando fragmentos de “The hands that built America” y del clásico bélico “When Johnny comes marching home” (irónicamente, se entiende).
-“Miss Sarajevo”: esta canción formaba parte de “Original soundtracks 1”, un disco que U2 grabó con el seudónimo de Passengers. La versión original estaba cantada parte en inglés, por Bono, y parte en italiano, por Luciano Pavarotti. En el recital Bono interpretó todas las partes de Pavarotti ¿y saben qué? Dio una muestra vocal que pocos esperaban, casi se podría decir que tenía poco que envidiarle a Pavarotti. Fue uno de los aplausos más fuertes de la noche. Al terminar la canción, las pantallas mostraban los primeros seis artículos de la Declaración de los Derechos Humanos.
-“Pride (in the name of love)”: siguiendo con los temas político-sociales, llegó este clásico en honor a Marthin Luther King. En la parte final Bono dejó al público cantando el “oh-oh-ohoh… oh-oh-ohoh”.
-“Where the streets have no name”: mientras el público coreaba, The Edge podía haber aprovechado para hacer la introducción “cuasiangelical-in-crescendo” de esta canción, pero no: empezó directamente con el riff de guitarra. Eso le quitó parte de la mística, y también lo hizo el hecho de que el juego de luces en este tema no fue el mítico “pantalla de un solo color-luces que se encienden explosivamente en uno de los acordes” que acompaña a esta canción en todos los recitales desde que la banda la viene tocando, hace 20 años. No, aquí la pantalla empezó a mostrar la bandera argentina, y cuando yo empezaba a quejarme pensando “Otra vez la demagogia”, empezaron a aparecer las bandera de Chile, Brasil, Nicaragua y algunos otros países que no recuerdo. Bono dijo algo así como “Por Argentina, y Chile, y Nicaragua, y… ¿Brasil?”, casi esperando que lo abucheen por rivalidades futbolísticas. Fuera de todos estos adornos, la canción resultó tan mágica como siempre; hay que estar ahí para sentirse tan optimista y lleno de música.
-“One”: para presentar esta mítica canción, Bono volvió a hablar de la nueva etapa de la Argentina y de cómo, aquí y en Irlanda, los pueblos pueden superar los obstáculos si actúan como “uno”. En el final se vio la palabra “coexista”, casi como una orden, en la pantalla gigante, con las particularidades en las letras descriptas anteriormente. Mientras tanto, en las pantallas de los costados se sucedía la palabra “uno” en diversos idiomas. Sobre la canción no puedo decir nada nuevo, fue una bella versión, como casi todas, en cuyo final no se extendieron demasiado, como hacen a veces.
-“Zoo Station”: luego de un breve receso la pantalla se puso verde y se escuchó el amenazador riff de guitarra de esta canción, que en “Achtung baby!” constituye uno de los mejores comienzos de un álbum de rock jamás hecho. Aquí las pantallas de los costados se pusieron en estática para luego mostrar una silueta negra de Bono con boina haciendo pasos de baile modernosos. Todo con un imaginario muy “Zoo TV Tour”, lo cual fue muy bienvenido, ya que en 1998 no habían sacado de la galera nada de la estética de aquella gira anterior. Una canción poco aplaudida por el público, pero fue realmente uno de los grandes momentos musicales de la noche.
-“The fly”: siguiendo con la estética del Zoo TV Tour, las pantallas mostraban un jackpot en el que se sucedían imágenes de íconos (argentinos y extranjeros) como Eva Perón y… ¡Leonardo Sbaraglia! También se vio a Kirchner y a Bush, lo cual provocó los esperados chiflidos del público. A continuación, las confusas frases del videoclip de esta canción inundaron las pantallas a toda velocidad, mientras Bono trataba de hacer las dos voces de la versión original. Según los diarios, en el final del tema intercaló algunos versos de “(I can’t get no) Satisfaction” de los Rolling Stones, pero yo no me di cuenta.
-“With or without you”: el comienzo de este tema, con esa línea de bajo bien marcial de Adam Clayton, hizo gritar a todo el mundo. Era interesante ver por las pantallas la actitud del baterista Larry Mullen Jr., con los brazos cruzados durante los dos primeros minutos de la canción, hasta que llegase su momento de intervenir. Gran versión, que dio lugar al último receso de la noche. “Nunca olvidaremos esto” dijo Bono.
-“Mothers of the disappeared”: en esta canción en homenaje a las Madres de Plaza de Mayo, The Edge suplantó su guitarra por un charango y no sonaba para nada mal. Mucha gente desconocía este tema, como yo cuando lo tocaron en 1998. A diferencia de aquella vez, ahora no terminaron diciendo en castellano “El pueblo vencerá”. Y, por suerte, no fue la última canción, como en aquel recital. Es muy buena, pero no da como último tema de la noche…
-“Original of the species”, otra canción del último disco para que todos canten sintiéndose unidos. ¿Ya dije que los temas de los últimos álbums no suenan para nada insípidos en vivo?
-“All I want is you”: ahora sí, llegó el final, introducido por Bono como “una hermosa canción” (che, Bono, si fuese un cover vaya y pase, pero no digas eso de una canción tuya). Otro de esos clásicos que nos habíamos quedado sin escuchar en el Popmart Tour de 1998, en una gran versión, aunque, obviamente, no contaba con toda la instrumentación final de Michael Kamen que tiene el original en estudio. Al terminar, Bono dejó el micrófono, hizo un saludo con la mano y despareció. La pantalla que lo enfocaba se puso negra. Luego le siguió Adam Clayton y después Larry Mullen Jr.: sus correspondientes pantallas se iban apagando a medida que cada uno abandonaba el escenario. Quedó The Edge, que luego de dar los acordes finales a su guitarra, saludó en representación de toda la banda y se fue.
Resumen: un recital de U2 se siente casi como la ceremonia de un pastor religioso, con la particularidad de que aquí la religión es la música. Dos horas y cuarto, 23 temas, un show con una energía de cuya magnitud sólo pueden dar cuenta los que estuvieron allí. Será hasta la próxima vez.